Por Roberto Carlos Guevara 

Capula, Michoacán, 7 de noviembre de 2024.- La comunidad de Capula emitió un rotundo “no” a la propuesta de autogobierno promovida por el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, en un ejercicio de consulta que reunió a 1,673 personas registradas de la localidad. Los resultados de esta votación muestran un amplio rechazo, con 1,339 votos en contra de la propuesta y solo 171 a favor, reflejando el claro descontento de la comunidad hacia la política impulsada desde el gobierno estatal.

La iniciativa de autogobierno ha sido una de las principales banderas de Ramírez Bedolla en su esfuerzo por fomentar la autonomía de las comunidades indígenas en Michoacán. Sin embargo, los habitantes de Capula han interpretado esta medida no como un paso hacia la inclusión y el respeto a sus derechos, sino como una estrategia del gobierno para desentenderse de sus responsabilidades en la región.

El mensaje de Capula es contundente: no están dispuestos a adoptar un modelo que, en su opinión, responde más a una agenda gubernamental que a sus verdaderas necesidades.

La jornada de votación fue un ejercicio de participación comunitaria donde se reflejaron los temores y las preocupaciones de los habitantes de Capula ante el modelo de autogobierno. Para muchos pobladores, este modelo representa el riesgo de perder acceso a recursos estatales fundamentales, así como la posibilidad de que el manejo de los asuntos públicos quede en manos de líderes locales sin una adecuada rendición de cuentas. En palabras de algunos asistentes, la propuesta de Ramírez Bedolla les parece una “imposición disfrazada” que podría llevar a conflictos internos y a un control desigual de los recursos.

Este rechazo representa un revés importante para la administración de Ramírez Bedolla, quien ha insistido en que el autogobierno es una vía para fortalecer a las comunidades indígenas. Sin embargo, el caso de Capula pone en evidencia que no todas las comunidades consideran que este modelo de administración sea una solución viable para sus problemas. Además, la desconfianza de los habitantes hacia el gobierno estatal parece estar alimentada por una falta de transparencia en el proceso y una percepción de que el autogobierno podría fragmentar la cohesión comunitaria.

La consulta en Capula evidencia también las limitaciones del modelo de autogobierno, al mostrar que no es una solución única ni aplicable a todas las realidades sociales de Michoacán. Para los habitantes, las verdaderas necesidades pasan por garantizar acceso a la seguridad, educación y salud, responsabilidades que consideran deben seguir en manos del Estado. En este sentido, algunos pobladores expresaron su temor de que el autogobierno se convierta en una excusa para reducir la presencia y el compromiso del gobierno en áreas clave de desarrollo.

La comunidad ha mandado un mensaje claro: no están dispuestos a ser parte de un modelo que no consideran adecuado para su desarrollo y que podría traer más divisiones que soluciones. Este rechazo podría influir en otras comunidades que están en proceso de decidir si adoptan o no el autogobierno, cuestionando así la viabilidad de esta política en Michoacán.

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